Del loto floreciente de la devoción
álzate en el centro de mi corazón,
¡Oh Maestro compasivo, mi único refugio!
Estoy acosado por acciones pasadas
y emociones turbulentas.
Para protegerme de mi desgracia,
quédate sobre mi coronilla
como una diadema,
el mandala de gran dicha
que aviva toda mi atención
y conciencia
¡Te lo ruego!
"El libro tibetano de la vida y de la muerte"
Sogyal Rimpoché